SBP dicta medidas temporales para modificar términos y condiciones de créditos, debido al brote de COVID-19
Con el fin de preservar la estabilidad del sistema financiero, la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), adoptó medidas para mitigar cualquier potencial deterioro que impacte la situación del sistema bancario nacional derivado de la propagación del COVID-19.
Las acciones adoptadas por el regulador permiten a los bancos contar con mecanismos necesarios para respaldar a sus clientes tanto de banca de personas como clientes comerciales y corporativos ante la situación que se deriva de la coyuntura de salud pública actual.
Con estas medidas se espera poder proveerle un alivio económico a esta coyuntura, “sin precedente”.
• Se estableció una modalidad denominada “préstamos modificados”, para que los clientes reciban la
opción de adecuar el pago de sus obligaciones y mitigar un posible deterioro de su crédito.
• Los bancos podrán revisar los términos y condiciones de los préstamos, lo cual le permitirá pactar y otorgar periodos de gracia manteniendo la clasificación del crédito al momento de entrada en vigor de la presente disposición.
• Los ajustes se realizarán en función de la realidad de cada deudor que se haya visto afectado por el
Covid-19 y quienes presenten atrasos en sus pagos de hasta 90 días.
• Las modificaciones se podrán realizar a solicitud de los clientes o por iniciativa directa de los propios bancos.
• Los préstamos a modificar estarán exentos de la aplicación de comisiones, así como también de reevalúo de los préstamos.
• Los bancos cuentan con un período inicial de 120 días para realizar las evaluaciones de sus clientes.
• Por otro lado, se permitirá a los bancos hacer uso de la provisión dinámica, que es una herramienta denominada “colchón anticíclico”, que forma parte del patrimonio de cada banco establecido durante época de crecimiento económico alto, con el propósito de que sea utilizado en los momentos donde haya un ritmo de crecimiento económico más lento, como la actual coyuntura.
• Ello se debe traducir en una menor presión para la banca permitiendo mejorar su posición y disposición de otorgar créditos que mejoren el balance de resultado de los bancos.